Nuestra misión
Sin duda, la democracia está sitiada en muchos países de las Américas y su consolidación desde la década de 1970 ha sido desequilibrada. Múltiples encuestas y estudios académicos han concluido que el retroceso y déficit democrático son realidades peligrosas en el hemisferio moderno. La democracia no se trata solo de celebrar elecciones, los países también pueden experimentar un deterioro democrático significativo incluso si continúan celebrándolas.
En este contexto, es fundamental destacar la “importancia de un panorama mediático dinámico, que incluya medios tradicionales y digitales, y el papel cada vez más esencial que desempeñan las redes sociales y las tecnologías digitales en la protección de los entornos democráticos”. (Relatoría para la Libertad de Expresión de la CIDH, 2020). En ese sentido, y considerando los desafíos contemporáneos a los medios de comunicación libres, independientes y diversos, así como la necesidad de un marco que guíe y promueva una información transparente, responsable, imparcial y precisa; fomentar la alfabetización mediática e informacional se vuelve indispensable, no sólo para la ciudadanía, sino especialmente para los creadores de noticias e información.
Frente a la desinformación y propagada por gobiernos tanto nacionales como foráneos, partidos políticos y candidatos, intereses corporativos y crimen organizado, el Centro para la Integridad de Medios de las Américas trabaja para crear e incentivar el capital humano, es decir, periodistas que ejercen y personas influyentes en las redes sociales, para combatir información confusa y distorsionada que ahora enfrentan los ciudadanos de las Américas.
Actualmente, la región se enfrenta a una situación compleja y desafiante. La incertidumbre política así como las crisis económicas y de salud, la creciente desigualdad, el deterioro de la calidad de vida, el débil empleo en el sector formal, la creciente erosión del estado de derecho y el debilitamiento institucional, contribuyen a la sensación de que la democracia no está brindando el bienestar social que promete. Los principios, valores y mecanismos democráticos siguen siendo la mejor manera de encontrar respuestas legítimas y consensuadas para superar estas crisis interrelacionadas. La libertad de expresión es uno de los valores y herramientas más relevantes en cualquier sistema democrático. Este derecho constituye el principal instrumento mediante el cual todos los sectores de la sociedad dan a conocer su opinión e ideas, deliberan abiertamente y cuestionan asuntos de interés general o asuntos públicos, ejerciendo el control ciudadano sobre la gestión gubernamental.
Los medios de comunicación tienen un papel fundamental y una responsabilidad especial para brindar información oportuna, veraz, precisa y confiable, pero también para prevenir el pánico y promover la cooperación. “La capacidad de las redes sociales para amplificar mensajes en segundos y promover iniciativas sociales de alto impacto es una ventaja que en el pasado hubiera sido inconcebible y ahora está al alcance de los estados”. (Organización de los Estados Americanos. Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia, 2020). Por ello, es necesario promover prácticas para el uso responsable de las redes sociales que protejan la libertad de expresión y eviten la difusión masiva de noticias falsas o desinformación.
